Anexo I a los Apuntes de Cátedra:
Aportes filosóficos al campo del diseño industrial.
Pregunta por la identidad personal.1
Buscamos, nos asombramos, preguntamos, conocemos sobre las cosas y sobre
nosotros mismos ¿Qué son las cosas y quienes somos cada uno de nosotros? La pregunta
por la identidad personal es algo sobre lo que debemos pensar, apreciando lo que la
distingue de la identidad de las cosas.
Siguiendo el planteo de Ricoeur la identidad-ipse o ipseidad se diferencia de la
identidad-idem o mismidad. La primera refiere a la persona como tal por medio de la
pregunta ¿quién? y la segunda señala a aquello que permanece en el tiempo sin sufrir
variación alguna, resistiendo a todo posible cambio y se plantea por medio de la pregunta
¿qué?
Ambas identidades confrontadas ponen de relieve “la cuestión de la permanencia en
el tiempo.”
2
La mismidad es un concepto de relación y su nota fundamental es la
permanencia realizada tanto sea: por la identidad numérica cuyo contrario es la pluralidad,
como por la identidad cualitativa o semejanza extrema. Lo que sigue siendo lo mismo a
pesar de todo cambio corresponderá a este criterio de identidad, quedando así toda la
problemática de la identidad personal girando en torno “a esta búsqueda de una invariante
relacional.”3
En lo que hace a la identidad de la persona Ricoeur menciona dos formas de
permanecer en el tiempo: el carácter y la palabra dada. El primero tiende a identificarse con
la identidad idem mientras que el segundo con la identidad ipse. Lo que ocurre con el
carácter no es una anulación del ipse sino una especie de “recubrimiento del ipse por el
idem… mi carácter soy yo, yo mismo ipse, pero este ipse se enuncia como idem.”4
Así
queda enunciado en el carácter el qué del quién. La otra forma de permanencia en el tiempo
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Referncias de los números:
1
En el despliegue de la pregunta por el ser del punto uno de los apuntes de cátedra creemos necesario
detenernos un momento en la pregunta por la identidad personal, que por cierto no es un desvío sino una
oportunidad para profundizar nuestras primeras palabras y además anticiparnos de mejor manera a los
planteos subsiguientes.
2 RICOEUR, P. Sí mismo como otro. Madrid: Siglo XXI, 1996. p. 109.
3
Ibídem p.112.
4
Ibídem p.116.
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que mencionamos es “la palabra mantenida en la fidelidad a la palabra dada,”5
la cual es
una permanencia distinta a la del carácter pues refiere a un mantenerse a sí, y no a algo.
Cuando hacemos una promesa también estamos buscando mantenernos a pesar de todos los
cambios en los que podamos estar implicados.
Queda una distancia entre estos dos rasgos de la identidad personal, una distancia
que según Ricoeur puede ser mediada por la identidad narrativa y que sólo, por medio de
ella, puede ser verdaderamente comprendida la dialéctica de la ipseidad y de la mismidad.
Esto se debe a la hipótesis de que “la construcción de la trama permite integrar en la
permanencia en el tiempo lo que parece ser su contrario bajo el régimen de la identidadmismidad,
a saber, la diversidad, la variabilidad, la discontinuidad, la inestabilidad.”6 Y
también a que “la noción de la construcción de la trama, trasladada de la acción a los
personajes del relato, engendra la dialéctica del personaje que es expresamente una
dialéctica de la mismidad y de la ipseidad.”7
El personaje, es “puesto en trama.” Dicha
mediación también es ejercida por la “unidad narrativa de una vida” que desborda por
cierto los límites de la narración literaria, pues, entre otras cosas, sus extremos no se
encuentran clausurados.
Encontramos así los caminos abiertos para una aproximación a la identidad personal
en la cual la alteridad no queda desplazada. Por medio de la identidad ipse la persona
encuentra una forma de permanencia de sí cuyo precio no es el encierro de todo aquello que
no le es idéntico numéricamente, cualitativamente o por su incontinuidad en el cambio.
Pero, si entendemos bien lo que dijimos, no estaremos tampoco forzados a tener que
sacrificar la mismidad debido a que ella es parte de la tensión continua que hace a la
identidad del ser personal. En efecto, dicha cuestión se ve claramente en el relato que
hacemos de nosotros mismos o de los demás, pues al contarnos es nuestro sí mismo que se
manifiesta junto con todo aquello que somos.
Una identidad personal entendida de esta forma, por tanto, se negará a una
compresión que reduzca de cualquier forma posible el dinamismo que la constituye.
5
Ibídem p.118.
6
Ibídem p. 139.
7
Ibídem.
Mientras que durante la historia del pensamiento la identidad se comprendía más
bien como aquello que permanecía sin variación alguna vemos como para la identidad
personal esto cambia radicalmente. La alteridad se vuelvo un factor constituyente y no solo
una variable que puede ser sumada o adherida a última hora. La relación y el dialogo con lo
otro es parte de la compresión fundamental del nuestro sí mismo. Ahora bien ¿Qué nos dice
esto en referencia al diseño? ¿Qué ocurre con la identidad de los que se llaman objetos del
diseño y la de los diseñadores?
Para comprender nuestra identidad vemos la importancia del tiempo y por ende de
la historia pues somos seres temporales. La respuesta por quienes somos necesita del
tiempo para encontrar respuestas aunque estas sean siempre de carácter provisorio. Es en el
tiempo del relato que la identidad personal se despliega como acontecimiento. Por ende la
pregunta por el sentido del diseño y su identidad tendrá que estar atravesada por el tiempo y
la historia, pero para que esto verdaderamente tenga lugar abra que evitar dos reducciones
que nos impidan avanzar. Una es la del sustancialismo ¿a que nos referimos? Al pensar la
realidad o las realidades como cosas estancas, totalmente independientes unas de las otras y
en si mismas; la otra es la del subjetivismo como pretendía la modernidad en cuanto a
convertir a la razón en argumento totalmente confiable y absulto sobre o desde el cual todo
sea fundado. Una como otra postura puede decirse que ha sido superada en varios de los
planteos del pensamiento contemporáneo, pero si miramos con atención nuestra hacer y
pensar cotidianos descubriremos cierta resistencia a superar estas concepciones ¿Esto a que
se debe? Posiblemente que aunque puestas en crisis, muchas veces nos siguen otorgando
ciertas seguridades que preferimos aceptar en vez de asumir el esfuerzo que implica vivir
en una clave diferente. Por eso es que nos interesa insistir sobre la importancia de correr el
riesgo de abandonar ciertos refugios para salir al encuentro de la realidad que es sin duda
mucho más atractiva que aquello de lo cada uno puede fabricarse de antemano. Lo atractivo
reside sin duda en el carácter de abierto del mundo en el intentamos habitar.
Fuente: https://www.facebook.com/groups/409928912371751/409937782370864/
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