Dictadura militar
Argentina
(1976-1983)
Indice
1. Introducción
Cuando recordamos la dictadura militar que vivimos en la
Argentina, pensamos en los desaparecidos, la plata dulce, la guerra de
Malvinas, etc., Lo que mucha gente no sabe, es que estos hechos y muchos más
fueron piezas de un macabro rompecabezas destinado a reformar, o reorganizar a
la Argentina, para volver a convertirla en un país agro-exportador con
participación política restringida a una élite. Los hechos destacados
anteriormente son los resultados de las medidas tomadas para convertir a este
país altamente movilizado y con el ingreso muy distribuido en una granja
productora de materias primas de riqueza concentrada.
Estado Terrorista y modelo económico neoliberal fueron
las dos caras de una misma moneda: el ejército se encargó de destruir
físicamente las bases de apoyo y resistencia de los sectores progresistas,
sindicatos y organizaciones de izquierda, y Martínez de Hoz se ocupó de acabar
con sus fuentes de alimentación: el Estado Benefactor y la industria. Y
"si la industria sobrevivía a su ataque, era probable que lo lograse en
bloques aún más concentrados".
Quizás el análisis de tan vasto tema sea un tanto utópico
dentro de las limitaciones de una monografía, hoy nos queda la sensación de que
el Estado terrorista ha pasado, y no hay
perspectivas de que vaya a volver, pero sus consecuencias están entre nosotros:
dependencia, caída del salario real, desocupación, concentración económica,
desindustrialización, y por último una de las más profundas heridas sufrida en
el corazón mismo del pueblo argentino, los más de 30.000 desaparecidos, 30.000
ciudadanos de esta tierra condenados, torturados, y muertos sin ningún tipo de
juicio justo, aunque todos sabemos que la tortura y demás tormentos no son
justificados bajo ningún punto de vista, menos por pensar diferente como lo
fue, quizás la gran causa de la mayoría de estas desapariciones; Gran
testimonio de estos ilícitos a gran escala, es decir en el ámbito nacional, lo
encontramos en las paginas del informe de la CONADEP, en donde encontramos información
relevante sobre los diversos modos de secuestro y tortura de personas, los
centros clandestinos de detención, testimonio de las víctimas etc. Es decir
todos los componentes de esta sangrienta máquina, que aun hoy nos cuesta
comprender lo que en nuestro país produjo.
A continuación, talvés sea necesario ubicarnos de modo
temporal, tomando como arista la cuestión económica y tratar de fijar dos
aspectos del contexto global, el contexto internacional y el nacional
Contexto
Internacional
Desde la segunda posguerra el mundo vivió dos décadas de
bonanza económica que hicieron creer que el crecimiento sostenido indefinido
era posible. El consenso keynesiano imperante en el momento permitía una alta
redistribución hacia los sectores de bajos recursos, necesario para poder
consumir la gran cantidad de productos generados por el fordismo.
Sobre fines de la década del ‘60 y principios del ‘70 se
empezó a frenar este ritmo de crecimiento, y el mundo se sumó en una recesión,
sacudido por crisis múltiples: energética, de productividad, del Estado
Benefactor, etc. El capitalismo debió transformarse para fortalecerse y surgió
un nuevo patrón tecnológico-productivo, que a su vez provocó una mayor
concentración de capitales necesaria para afrontar estas transformaciones. Es
en esta época en que comienza a agrandarse la brecha entre ricos y pobres,
contrarrestando el efecto de acercamiento de las décadas pasadas. Los sectores
conservadores toman fuerza cuestionando la ineficiencia del Estado
distribucionista y así ascienden los gobiernos de Margaret Tatcher en el Reino
Unido y Ronald Reagan en EEUU.
A mediados de la década del ‘70, el mundo industrial
enfrentaba dos problemas: la sobreabundancia de petrodólares, producto de la
crisis del petróleo de 1973, y el exceso de stock por la recesión mundial.
Alguien encontró la solución: se concederían préstamos a bajo interés a los
países periféricos para que comprasen mercaderías importadas. Desde 1975 hasta
1981 la deuda externa de América Latina creció un 25% anual, representando en
1982 el 80% del PBI de la región.
Además de destruir con las importaciones gran parte de la
industria nativa, el producto de la deuda externa fue una mayor dependencia de
los países deudores con respecto a sus acreedores, que cada vez con más poder
pudieron decidir y vetar las políticas económicas periféricas que no convenían
a sus intereses. También las multinacionales; Jacqes Maisonrouge, ex-presidente
de la IBM, afirma "¿cómo puede un gobierno nacional establecer un plan
económico con un mínimo de confianza, si un Consejo Directivo reunido a ocho
mil kilómetros puede estar modificando la política de compras o de producción
de un modo que debe afectar fundamentalmente la vida económica de un
país?".
Contexto Nacional
Desde la muerte de Perón el 1º de julio de 1974 y la
asunción de su esposa María Estela Martínez bajo la conducción derechista de
López Rega, el país se fue sacudiendo cada vez más. El frente peronista se
fracturó y la actividad guerrillera se consolidó y agrandó. Los Montoneros
decidieron "volver a la resistencia" clandestina, abandonando
definitivamente la esfera legal, acercándose cada vez más al ERP y al
terrorismo político, cuyas víctimas muchas veces eran civiles que no integraban
el gobierno ni las fuerzas de seguridad.
A principios de 1976, cada cinco horas se cometía un
asesinato político y cada tres estallaba una bomba. Además de la violencia
política reinante, la inquietud obrera se estaba generalizando de nuevo. A
pesar de que las huelgas estaban prohibidas, importantes sectores del
movimiento obrero recurrieron a ellas, así como a marchas de hambre, trabajo a
reglamento y manifestaciones callejeras, en un esfuerzo destinado a cambiar la
política económica del gobierno. Con una inflación mayor a la de Alemania en el
período 1921-1922, y al borde de la cesación de pagos internacionales, el
gobierno constitucional había perdido el control de las variables claves del
manejo económico.
Ante el caos económico, político y social, las FFAA
lideradas por Videla actuaron sagazmente, sin intervenir hasta que la situación
empeoró hasta tal punto que los civiles fueron a golpear las puertas de los
cuarteles. Así probaron la absoluta falencia del régimen constitucional y
lograron que la opinión pública apoyase o se resignase nuevamente ante la
opción militar.
Se puede decir que el golpe del 24 de Marzo fue, a grosso
modo, la reacción militar al período abierto con las grandes movilizaciones
populares de fines de la década del ‘60 (Cordobazo, etc.) ante la incapacidad
de las gestiones peronistas para neutralizarlas. Ya que la evolución de estas
luchas no pretendía sólo provocar la caída de un gobierno, sino más bien, y
fundamentalmente, transformar las relaciones socio-económicas del país y
reubicar a la Argentina en el plano internacional, ésta no fue una intervención
militar como tantas en la historia argentina contemporánea. Esta vez las FFAA y
sus aliados decidieron que el "problema argentino" era estructural,
por lo que aplicaron soluciones estructurales
Es imposible dividir de forma seria los objetivos,
acciones y efectos logrados por el Proceso, ya que no hay reorganización
económica sin reorganización política y cambio de mentalidad cultural, (y
viceversa). Por lo tanto, para una mejor comprensión teórica y coherencia
explicativa, diferencié los aspectos políticos de los económicos y de los
socio-culturales. Es importante aclarar que la interrelación que hay entre los
tres aspectos es tal que se hace indispensable comprender correctamente a los
tres para tener una sólida idea de lo que el Proceso de Reorganización Nacional
significó para el país. Pero antes de ir al detalle de estos tres aspectos
conviene hacer una breve reseña de los hechos, protagonistas, y como se
proponían lograr sus objetivos
El 24 de marzo de 1.976, la Junta de los Jefes (integrada
por el Gral. del Ejército Jorge Rafael Videla, el Almirante Emilio Eduardo
Massera de la Marina y el Brigadier Orlando Ramón Agosti de la Aeronáutica), se
hizo cargo del poder y comenzó el Proceso de Reorganización Nacional.
El caos económico, las luchas facciosas, la muerte
presente cotidianamente, la acción de las organizaciones de las guerrillas, y
el terror sembrado por la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina,
organización de Derecha , que de una forma "simbólica" estaba a favor
y apoyando al ejército, pero que en realidad su fin era el de tomar el poder
enemigo y político luego de acabar con la subversión), crearon las condiciones
para la aceptación de un golpe de estado que prometía restablecer el orden y
asegurar el monopolio estatal de la fuerza.
Estas fuerzas se guiaban por los hechos, los cuales les
resultaban amenazantes, y se prepararon para defender su territorio. De esta
manera pusieron en marcha las siguientes "operaciones de aislamiento"
:
Las realizadas por los grupos
paramilitares que logran aislar a las organizaciones armadas de su base social.
El más importante, por la frecuencia y la envergadura de sus acciones, fue la
"Triple A", que tenía asesoramiento político y participación directa
en la formación militar.
Los secuestros, que eran la
forma en la que el régimen constituía sus prisioneros. Consistía en la
detención ilegal de personas buscadas, sin orden judicial, con la cooperación
de la policía del lugar, y sin informar a la familia del destino del
secuestrado. Las familias de los secuestrados que buscaron asesoramiento
jurídico para encontrarlos, descubrieron que eso también era
"peligroso", (entre 1.976 y 1.978 desaparecieron 107 abogados
defensores).
El terror que se provocaba en
la sociedad, reforzado por la propaganda del régimen militar que culpaba a las
familias por la actividad "subversiva" de los prisioneros. Otro dato
es que casi un 35% de los familiares sólo hicieron la denuncia de la desaparición
ante la CONADEP (creada recién en 1.984), es decir, que unas 3.000 familias
esperaron aproximadamente 6 años para denunciarlos.
Los campos de concentración (contabilizados
alrededor de 340 centros clandestinos de prisioneros en todo el país), donde se
los torturaba y hasta se los asesinaba. Gracias a la liberación de unos 1.000
prisioneros , que lograron irse al exterior, fue que pudo obtenerse más
información sobre lo que ocurría dentro de estos campos de concentración.
Éstos, fueron principalmente "campos de tortura prolongada y
sistemática", ya que el exterminio se hacía casi siempre fuera de ellos,
en los llamados "traslado de prisioneros". Se calcula que por cada
detenido eran necesarias alrededor de 10 personas, lo que serían 100.000 miembros
directamente comprometidos con la fuerza y el proceso de aniquilamiento. El 1%
de los desaparecidos fueron denunciados por personal subalterno de las Fuerzas
Armadas o de seguridad.
Aspecto político durante el proceso
La situación de la Argentina a mediados de los ‘70 era
muy particular: el proletariado gozaba de una situación económica y política
considerablemente positiva, tomando en cuenta variables tales como la
participación del salario en el ingreso nacional (que llegó a su punto más alto
en la historia argentina en 1973, cuando el salario participaba de la Renta
Nacional en un 45%) y la incidencia de los sindicatos y otras agrupaciones
obreras en el poder político. En suma, el país estaba muy movilizado
políticamente; las guerrillas eran sólo la porción más radicalizada de todo el
espectro social que directa o indirectamente apoyaba cambios en la estructura
socio-económica de la Argentina.
Las FFAA asumieron el poder con el objetivo de
"terminar con el desgobierno, la corrupción y el flagelo subversivo".
Pero hay que examinar con detención qué es la "subversión" para estos
hombres para comprender su accionar sobre la sociedad argentina. Videla dijo
alguna vez que "un terrorista no es sólo el portador de una bomba o
una pistola, sino también el que difunde ideas contrarias a la civilización
cristiana y occidental". Aclarando más el panorama, el entonces gobernador
de la provincia de Bs. As., general Ibérico Saint Jean, declaró: "Primero
vamos a matar a todos los subversivos, después a sus colaboradores; después a
los indiferentes y por último a los tímidos".
El esquema político-institucional que las FFAA querían
aplicar necesitaba de un modelo político que evitara la organización y los
reclamos sociales y que desmantelara las estructuras gremiales, por lo tanto
entre las primeras medidas de gobierno se encontraron la suspensión, por tiempo
indeterminado, de las actividades políticas y gremiales de todo orden. Se
intervino la CGT, la CGE, las 62 organizaciones y la Cruzada de la Solidaridad.
Luego se eliminó el fuero sindical, se suspendió el derecho de huelga y se
prohibió, en forma absoluta, la actividad de los partidos de izquierda, como
ser: Comunista Revolucionario, Socialista de los Trabajadores, Política Obrera,
etc. Se depuró la administración pública de agitadores mediante la Ley de
Prescindibilidad y se intervinieron todas las asociaciones gremiales.
Se comunicó a la población que "será severamente
reprimida toda manifestación callejera; [...] que todas las fuentes de
producción y lugares de trabajo estatales y privados, a partir de la fecha
serán considerados de interés militar", y que "se expulsará del
territorio nacional a extranjeros que afecten la paz social". Por el
comunicado Nº 19 se informó a la población que serían recluidos por tiempo
indeterminado todos aquellos que "difundieran actos, palabras o imágenes
de personas o grupos considerados subversivos o terroristas". También se
sacó de circulación a la prensa política: Nuevo Hombre, Nuestra Palabra,
Tribuna Popular, Posición Nacional, etc. Si no eran cerrados directamente, eran
"advertidos" e insinuados para que discontinúen su trabajo, como fue
el caso de la revista Sucesos del Partido Intransigente, o de Cuestionario,
revista que por entonces dirigía Rodolfo Terragno.
La noche anterior y el mismo día del golpe, los militares
ocuparon los principales complejos fabriles con listas negras en las manos.
Allí comenzó la cacería de toda una generación de dirigentes medios y
activistas de base que fueron secuestrados, torturados y asesinados en la
clandestinidad. Aquí reside una de las claves del Proceso de Reorganización
Nacional: este conjunto social de individuos movilizados políticamente tarda
décadas en aflorar nuevamente. Si a esto le sumamos el implante del miedo y el
"no te metás", no es difícil entender la posterior desmovilización de
la sociedad.
Aspecto económico durante el proceso
El plan económico de Martínez de Hoz puede sintetizarse
en los siguientes puntos:
·
Rebaja
de un 40% en los salarios, comparados con el quinquenio anterior.
·
Reformas
a la Ley de Contrato de Trabajo y eliminación de las convenciones colectivas.
·
Establecimiento
de una creciente regresividad en el sistema impositivo, mediante el aumento de
los impuestos indirectos (IVA, etc.) y la disminución de los indirectos
(ganancias, riqueza).
·
Eliminación
de las retenciones a las exportaciones agropecuarias y de los subsidios a las
exportaciones no tradicionales.
·
Progresiva
reducción de los aranceles a la importación.
·
Apertura
total a los capitales extranjeros: igual trato al capital nacional que al
extranjero y reducción de los plazos de entrada y salida de dichos capitales.
·
Liberación
de los mercados de cambio y financiero.
·
Reducción
del gasto público a través de la racionalización del empleo y la privatización
de empresas nacionales.
·
Presupuesto
Nacional: Aumento en Defensa y Seguridad y reducción en Educación, Salud y
Vivienda.
·
Política
de transferencias del Estado hacia los grupos económicos, mediante los
mecanismos de estatización de la deuda privada, la Ley de Promoción industrial
y las políticas de compra del Estado.
El sistema financiero tuvo un rol fundamental en la
ubicación y reasignación de recursos en contra de los asalariados y a favor del
sector más concentrado del capital. "La reforma financiera acabó con una
de las herramientas del Estado para la transferencia de recursos entre
sectores: la regulación de la tasa de interés, la existencia de crédito a tasas
negativas y la distribución de este subsidio según normas y prioridades fijadas
por las autoridades". Las altas tasas de interés superaban por mucho a las
de ganancia (por producir), por lo que "ninguna actividad era rentable ni
podía competir contra la especulación".
Una de las consecuencias más características del PRN fue
la concentración de capital, la cual se estimuló a través de la estatización de
la deuda privada, la implementación de las leyes de promoción industrial y la
política de compras del Estado.
Los resultados de estas políticas fueron:
·
Aumento
de la especulación en detrimento de la producción
·
Desindustrialización
·
Deuda
externa
·
Concentración
económica
·
Institucionalización
de la inflación
·
Caída
del salario real
·
Deterioro
de los servicios públicos
·
Incremento
en los niveles de pobreza
Con respecto al segundo punto, a mediados de la década
del ‘70, las exportaciones de manufacturas habían alcanzado por primera vez en
la historia económica nacional el 50% de las ventas totales del país, pero la
industria no pudo superar la pérdida de su protección, la competencia de las
importaciones, el encarecimiento del crédito, la supresión (o
"reubicación") de los mecanismos de promoción industrial y la
reducción del nivel adquisitivo de la población. El nivel industrial cayó un
20% en los primeros cinco años.
Para marzo de 1981 "existía una férrea concentración
industrial, una fuerte capitalización del campo, la comercialización de los
granos estaba en manos de grandes empresas cerealeras y el Estado argentino
estaba endeudado en más de 17.000 millones de dólares, a los que se sumaba un
endeudamiento ‘privado’ -por parte de las empresas residentes en el país- de
casi 12.5000 millones de dólares. En total, una deuda bruta, al 31 de marzo de
1981, de 29.587 millones de dólares." Queda claro que la apertura
económica de Martínez de Hoz significó abrir el mercado interno a la
competencia exterior, y no expandir la producción local con destino al mercado externo.
La brecha tecnológica que en los veinte años anteriores
se había reducido, volvió a ensancharse de manera irreversible. "Al final
de la transformación que condujo Martínez de Hoz, el poder económico se
concentró de tal modo en un conjunto de grupos empresarios, trasnacionales y
nacionales, que la puja corporativa y la negociación ya no fueron siquiera
posibles"
Aspecto sociocultural durante el proceso
El objetivo de la acción antisubversiva de los militares
era clara: no sólo se debía exterminar a los guerrilleros, sino que se debía
acallar a la sociedad toda, mediante un bombardeo psicológico destinado a
romper los lazos de solidaridad que unían a la sociedad para instalar el
individualismo y el "sálvese quien pueda". Esto se logró mediante
diversas acciones:
Desaparecidos: Mientras que la dictadura chilena tiraba
al río a las víctimas del Estado terrorista para que todos los vieran, el
proceso militar argentino inventó una nueva figura jurídica. La
"desaparición" de una persona llevaba a sus familiares y amigos a una
situación de incertidumbre, inacción y temor por lo que sus propias acciones
pudieran causarle al detenido-desaparecido, en caso de que éste estuviese con
vida. O sea, había temor a que la denuncia, la búsqueda y la movilización de sus
seres queridos causaran daño al desaparecido, si este se encontraba con vida.
Programa económico de especulación y
desindustrialización: Buscó romper con la tácita alianza de las clases medias
con las bajas.
Represión cultural: Censura y promoción de la autocensura,
quema de libros, violencia contra profesionales de relevancia social
(periodistas, párrocos populares, psicólogos, abogados, educadores, escritores,
actores, etc.)
El sistema educativo fue reformado para que encajara con
el régimen y su programa: Listas de antecedentes en los ingresos a las
facultades, represión en los establecimientos, modificación del sistema
pedagógico, etc. Se prevenían "futuros subversivos" retrasando el
aprendizaje de la lectoescritura hasta tercer grado (sólo "podían" aprender
13 letras por año) y prohibiendo la enseñanza de la teoría de los conjuntos en
matemáticas. A los universitarios, demasiado grandes para reformarse, se los
reprimía y exterminaba.
La inserción de "terror" es comentada por
Victor de Gennaro en un debate organizado por el diario Página/12 con motivo
del vigésimo aniversario del golpe militar: "[...] Hubo un proyecto
sistemático de meternos el terror en cada célula, en cada hueso, para que no
nos acordemos de lo fundamental que significa querer ser, con
autodeterminación, defensores de un proyecto nacional y popular. Querían
quebrarnos esa capacidad de construir lo nuestro, ese derecho que tenemos a ser
poder en nuestro propio país. Había que quebrar esa capacidad, había que
imponer un modelo económico, social y cultural del sálvese quien pueda. Para
sobrevivir había que mentir, había que desconocer la identidad, el de al lado
era un peligro, era alguien que comprometía, había que pensar nada más que en
uno, como si esa fuera la opción."
No fue sólo miedo lo que provocó el individualismo,
aunque este fue su ingrediente fundamental. La censura y la autocensura (se
emitían avisos televisivos con la frase "El silencio es salud" como
consigna) se combinaron con la nueva doctrina liberal impuesta desde el Estado.
La ideología del "sálvese quien pueda" se acreditaba en el dinero
fácil que las actividades especulativas proveían. El que producía, quebraba, el
que "invertía" en la bicicleta financiera se salvaba. Al crecimiento
industrializado colectivo, en el cual todos los sectores recogen los frutos del
progreso, se oponía un nuevo modelo de "quita de ganancias"
individualista, en el cual el progreso era personal y a costa de los demás. La
"economía imaginaria" de la plata dulce y el "deme dos"
sumado a la represión en todos los ámbitos de la vida civil, lograron romper
muchos lazos de solidaridad que había en la comunidad. "Aunque los
salarios y los beneficios de los industriales eran muy bajos, la prensa se
hallaba amordazada y los sindicatos acobardados, gran parte de la población
encontraba solaz en la especulación y la compra de artículos importados
baratos". Si no, ¿cómo se explican las tristemente célebres frases
"algo habrá hecho", "por algo será" y "no te
metás" en una sociedad que no muchos años antes veía con algo de simpatía
y mucho de esperanza las acciones guerrilleras que, al menos en sus prédicas,
querían "cambiar el mundo"?
La sociedad
argentina, acostumbrada a hechos como estos sólo publicados a través de las
crónicas de otros países, tenía miedo, miedo de saber, de tener algún tipo de
información, de estar enterado de algo.
"El silencio es salud", siniestra ironía
escrita en carteles, para anunciar en un lugar donde se cometían aberraciones,
en busca de quebrar el silencio heroico de las víctimas.
La sociedad ya no sólo extrañaba el hecho de poder votar,
sino también el de poder decir lo que pensaban, tener ideales políticos
diferentes a los impuestos. A cambio de estas privaciones, tenían constantes
amenazas.
De la manera en que se presentaban los hechos, parte de
la sociedad decidió exiliarse, ya sea por razones políticas o laborales, en el
exterior o, en otros casos, en las provincias.
En el plano educativo, la censura y la mentira también
estaba presente. Los libros eran "transparentes", frívolos, en ellos
no existían la mezquindad ni el crimen. Así mismo, la música también estaba
reprimida los actos de protesta y los cantos populares estaban titulados en su
totalidad como "subversivos".
El 80% de los ciudadanos argentinos que entre 1.976 y
1.983 cursaban la escuela secundaria, no recuerda sobre su vida social y/o
salidas estudiantiles, tampoco las canciones que escuchaban ni los cantos
populares de protesta.
El 17,4%, que pertenecía a la clase alta, parecía haber
vivido en otro planeta, aislados del mundo.
El 3,6% prefiere no opinar del tema, por miedo a nuevos
actos represivos.
La gente conocía la verdad de lo que estaba ocurriendo,
pero la violencia había llegado a tal grado que se sentían intimidados y no se
animaban a hablar. Luego de los 2 primeros años fue evidente que la política
económica no funcionaba y empezó a notarse cada vez más el problema de los
desaparecidos. Fue allí cuando la sociedad, el pueblo argentino, se volvió en
contra de los militares.
Una concluida esta
modesta y pequeña síntesis de los aspectos más importantes de la dictadura o
mejor dicho del Proceso de Reorganización Nacional, por último no me queda más que centrarme en una de las consecuencias más dañinas para
el presente y futuro de nuestra sociedad, como lo fue el tema de los
desaparecidos y todo lo que ello significa para nosotros, aunque no debemos
olvidar otro hecho, quizás de igual relevancia como lo fue la guerra de las
Malvinas, comprendiendo esto de todos modos he decidido centrar mi foco de
investigación sobre el primero de los temas. Haciendo especial mención al tema
de los desaparecidos; las madres y abuelas de plaza de mayo; la apropiación
ilegal de niños y por último hacer una breve reseña de la guerra de las
malvinas.
Los secuestros se
realizaban generalmente a altas horas de la noche por una patota (que en
"ocasiones especiales" eran más de 50).
Entraban al domicilio de la persona señalada
(generalmente, antes había un "apagón"), se apoderaban del señalado,
lo tabicaban (le vendaban los ojos), se los encapuchaba y lo torturaban delante
de sus hijos (que después, eran dejados con algún vecino, familiar o solos; en
otras ocasiones eran llevados con sus padres a los centros clandestinos, para
que después sean adoptados por algún represor).
Luego, eran introducidos en vehículos (generalmente
dentro de automóviles correspondientes a la marca Ford, modelo Falcón, de color
verde), parte de ellos conseguidos en los operativos de secuestro, como botín
de guerra.
De allí partían hacia alguno de los centros clandestinos.
Y pasaban a ser miles de hombres, mujeres y niños de distintas edades y
ocupaciones, integrando una categoría dentro de la población de carácter
"tétrico" llamado "los desaparecidos".
Los represores secuestraban a los que consideraban
"subversivos" :
a.
Los
que ayudaban en las villas-miseria
b.
Los
que tenían como objetivo una mejora en los salarios
c.
Los
miembros de alguno de los centros estudiantiles
d.
Los
periodistas que demostraban su desacuerdo con los represores, y hacia la
represión; y eran capaces de demostrar su oposición a los hechos en un artículo
periodístico, etc.
e.
Los
psicólogos y los sociólogos, por pertenecer a profesiones
"sospechosas"
f.
Las
monjas y/o sacerdotes que llevaban sus enseñanzas a las villas-miserias
g.
Los
amigos de cualquiera de todas estas personas, los amigos de éstos amigos, etc.
Todas en su mayoría inocentes de cometer actos
terroristas, o siquiera de compartir con alguien, o pertenecer a grupos que
combatían esta guerrilla.
Massera integró las brigadas operativas de secuestros,
presenció torturas e interrogatorios, en apoyo a la formación del "grupo
de tareas". En la inauguración del mismo, ordenó: "-responder al
enemigo con la máxima violencia, sin trepidar en los medios".
De esta manera se convierte en "cero", su
nombre de guerra. Junto con el poder de Massera, creció el poder de algunos
oficiales navales hasta llegar a la jurisdicción del Estado, como en el caso
del contraalmirante Chamorro y el capitán Acosta Ambone, jefe de inteligencia
del G.T. 3.3. éste último decía ser "el dueño de la vida y la muerte"
o "como Dios".
Uno de los centros del poder político en la Armada fue el
campo de concentración de la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada), que
empezó a funcionar en marzo de 1.976, y aunque tuvo cambios políticos y
distintas formas de represión, se clausuró en noviembre de 1.983, unos días
antes de asumir el gobierno constitucional.
Por allí pasaron casi 5.000 detenidos -desaparecidos, y
junto con el "Campo de mayo", fue uno de los mayores centros
clandestinos de tortura.
Antes del golpe militar de 1.976 ya existían los centros
ilegales de detención: "la escuelita de familia" y la Jefatura
General de Policía en Tucumán, entre otros
La base del poderío de la ESMA no fue sólo político sino
también material: -obtuvieron grandes sumas de dinero mediante el "botín
de guerra". Hasta se montó una inmobiliaria en Belgrano, a raíz de los
inmuebles ocupados y adquiridos por torturas y falsificación de documentos.
El campo de concentración funcionó en el Casino de
Oficiales de la ESMA, un edificio de 3 pisos, con un altillo grande y un
sótano. En el 3er piso y en el altillo se alojaba a los detenidos-
desaparecidos, en habitaciones sin ventanas llamadas "capuchas".
En la planta baja estaba el Salón Dorado o "el
dorado", donde de instaló la sección de inteligencia del G.T 3.3 (el
acceso a ese sector era restringido como la sección de "los jorges",
oficinas de algunos oficiales del grupo). En el sótano estaban la enfermería,
un laboratorio fotográfico y varias salas de torturas.
Los interrogadores torturaban salvajemente a los
secuestrados atados a elásticos metálicos. Con la picana eléctrica, los golpes
brutales, el ""submarino seco”, el "submarino mojado", y
los simulacros de fusilamiento, buscaban no sólo obtener información sino
destruir a los detenidos –desaparecidos
física y psíquicamente.
El oficial Alfredo Astiz ha tenido un papel importante en
esta última dictadura. Secuestró a ancianos y adolescentes, mujeres
embarazadas, a las monjas francesas Domon y Duquet ; Se infiltró en el grupo de
Madres de Plaza de Mayo y familiares que se reunían en la Iglesia Santa Cruz y
se ganó el desprestigio ante la opinión pública internacional. Hasta 1.983
siguió trabajando en tareas de inteligencia.
A mediados de 1.979 llegó a Buenos Aires la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Ante las pruebas acumuladas sobre la
ESMA, se prefirió neutralizar la visita del CIDH a la escuela. Algunos
prisioneros fueron trasladados a una quinta en el norte de Buenos Aires, otros
a una isla en el Tigre donde permanecieron un mes aproximadamente. Casi 60
prisioneros políticos estuvieron en una isla cercana al río Paraná, llamada
"El Descanso".
Entre 1.980 y 1.983 se trasladaron a la ESMA prisioneros
de otros campos de concentración, que tenían determinados oficios o
profesiones, para montar un servicio de impresiones y falsificación de
documentos.
El G.T. 3.3 tenía 3 tareas específicas:
a.
Inteligencia
: donde se planeaban las operaciones, se concentraban los efectivos antes de
salir y se analizaba la información obtenida por medio de torturas y la
represión.
b.
Operaciones
: realizaba lo que planeaba "inteligencia"
c.
Logística
: mantenía el campo de concentración y administraba las finanzas propias y del
"botín de guerra".
En resumen, la tortura funcionó como un elemento
relevante en la metodología empleada. Los centros clandestinos de detención
fueron concebidos para poder practicarla impunemente.
Las madres y abuelas de plaza de mayo
En abril de 1.977 un grupo de madres, que se conocieron
durante los trámites para buscar a sus hijos desaparecidos, decidió juntarse un
día por semana en Plaza de Mayo. Así nacieron las "Madres de Plaza de Mayo",
un símbolo de la resistencia popular argentina a la dictadura militar.
Los militares no las atendieron nunca, y desde entonces
hace 20 años que siguen reclamando por sus hijos.
Estas madres también sufrieron la represión. No sólo cayó
su fundadora, Azucena Villaflor de Vicenzi, sino 14 personas más en un mismo
operativo, entre las cuales estaban las monjas francesas Leonie Reneé Duquet y
Alice Domon. Este acto fue protagonizado por Astiz (el "ángel de la
muerte") , junto con una prisionera colaboradora que fingió ser su
hermana.
De esta manera logró infiltrarse en este grupo, y se ganó
la confianza de las madres cuando simuló, un jueves en Plaza de Mayo, enfrentar
a la policía. Decía tener un hermano secuestrado y llamarse "Gustavo
Niño". Así fue seleccionando sus víctimas, secuestradas entre el 8 y 10 de
diciembre de 1.977. Algunos ex- prisioneros de la ESMA cuentan que la monja
Domon, mientras era brutalmente torturada, se preocupaba por la suerte de
"Gustavo". Horas después comprobó que "Gustavo" era Astíz y
ese aparente joven luchador, un asesino.
A pesar de personajes siniestros como estos las madres y
abuelas lograron conformar un grupo que con mucho esfuerzo y casi sin ningún
apoyo del estado, a logrado recuperar a muchos de los niños de los desaparecidos
con sus familiares directos e incluso en muchos casos con sus padres
biológicos, recuperando la identidad genuina de éstos en beneficio de ellos
mismos y de la sociedad toda
La Apropiacion De
Niños
Durante el Golpe de Estado perpetuado por las Fuerzas
Armadas se llevó a cabo una política de terror y avasallamiento de los derechos
sociales e individuales del pueblo de la República Argentina. El saldo de este
accionar fue la desaparición de miles de personas.
Esta metodología aberrante también se ensañó con los
hijos de los prisioneros, algunos de corta edad, otros nacidos en los centros
clandestinos durante el cautiverio de sus padres.
Luego de 13 años de ejercicio de la democracia, se espera
obtener Verdad y Justicia. Poco se ha conseguido.
En un fallo dictado el 9 de diciembre de 1.985, la Cámara
Federal analizó este tema, y al respecto afirmó:
"La posibilidad de que el personal a quien se
mandaba a domicilios particulares a cometer delitos de la apuntada gravedad se
apoderara sistemáticamente de bienes en su propio beneficio fue necesariamente
prevista y asentida por quienes dispusieron tal modo de proceder. La enorme
proporción de casos e que ellos, tuvo lugar, y el hecho de que se les otorgara
igual tratamiento en cuanto a la impunidad de sus autores confirma esta
inferencia.
No es posible, en cambio, hacer extensivo este
razonamiento a otros delitos como la sustracción de menores cuya comisión se ha
demostrado sólo en forma ocasional únicamente se han verificado las
sustracciones de los menores Felipe, Martín y María Eugenia Gatica".
Por aplicación de este criterio, el Tribunal absolvió del
delito de sustracción de menores a los Comandantes a quienes se les había
imputado este delito.
Esta injusta decisión impulsó a diversos grupos de la
sociedad civil, especialmente a las Abuelas de Plaza de Mayo, a realizar una
búsqueda de menores desaparecidos. Como resultado se conocieron centenares de
casos de menores secuestrados con sus padres o nacidos en centros clandestinos
de detención.
Recientemente, en un juicio administrativo promovido
contra el Estado Nacional para que informa sobre la suerte de los
desaparecidos, fue encontrada en un organismo militar la prueba de la
existencia de un documento titulado : "Instrucciones sobre procedimiento a
seguir con menores de edad hijos de dirigentes políticos o gremiales cuando sus
progenitores se encuentran detenidos o desaparecidos" (proveniente del
Ministerio del Interior en abril de 1977).
Con esta prueba, cayó el fundamento conceptual del fallo
de la Cámara en materia de sustracción de menores, pues la sola existencia de
tales "instrucciones" demuestra que este accionar existió y fue
previsto por los autores del plan criminal, tal como el fallo lo admitió sólo
para el simple robo de cosas.
Los que se apropiaron de estos menores desaparecidos,
usaron dos caminos supuestamente legales para borrarles la identidad y su
historia familiar:
a ) o fueron adoptados como hijos propios
b ) o fueron adoptados con adopción plena, la que en
nuestro país borra el vínculo con la familia de sangre y el menor pasa a
integrar la familia adoptiva.
Esto obliga a actuar en dos planos jurídicos, luchando
contra la impunidad: una causa penal para demostrar que ese menor anotado como
propio o adoptado es el hijo de un desaparecido y luego, la causa civil para
anular la adopción plena. Esto hace que las causas sean diferidas en el tiempo,
que los apropiadores renueven sus trabas para evitar que se encuentren a esos
niños, y que continúen gozando de la impunidad que han tenido y tienen a 21
años del golpe militar.
Se debe destacar, además, que estos
"individuos" cuentan con la complicidad de muchos funcionarios que
vienen desde el proceso militar y siguen integrando el poder judicial como si
nada hubiera pasado.
Se juzgó a
los militares pero no a sus cómplices, a los jueces que denegaban el hábeas
corpus sabiendo su origen; a los médicos que controlaban las torturas y
atendían los partos en campos clandestinos de detención y regalaban el bebé o
se quedaban con él; a los psicólogos que violaban el secreto profesional y
sacaban información a los detenidos que se quebraban; A los curas que utilizaban
la confesión para sacar información o que admitían la tortura "una o dos
horas nada más", pero se oponían a la violación como forma de tortura
porque era inmoral.
El plano judicial de este tema es el más difícil de
sobrellevar, ya que la prescripción de las causas aparece como un obstáculo
importante. Esto se ve claramente en el fallo que presentó la Corte Suprema de
Justicia de la Nación, en Diciembre de 1.995:
"En consecuencia, atento a lo establecido por el
art.62, inc.2do del Código Penal y la fecha de comisión de los hechos, se
advierte que han transcurrido el máximo de duración de las penas previstas por
los arts. 139, inc.2do y 146 del Código Penal, por cuya razón la prescripción
de la acción se ha operado y así debe declararse, por cuanto aquel instituto
jurídico en materia penal opera de pleno derecho por el mero transcurso del
plazo pertinente."
El voto en disidencia dice: "En primer lugar, cabe
señalar que en autos no se ha operado la prescripción de la acción penal. En
efecto, dado que una de las conductas típicas previstas en el art. 146 del
Código Penal reprime a quien "retuviere" a un menor de 10 años,
resulta evidente- dado el carácter permanente del delito- que dicha conducta
habría continuado produciéndose mucho después del acto inicial de sustracción
ocurrido con posterioridad al 22 de junio de 1.976 y antes del 23 de marzo de
1.977, lo que lleva a concluir, en principio, que en el caso no se habría
operado el citado plazo de prescripción."
Las Abuelas de Plaza de Mayo han elevado este caso a la
CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos), sosteniendo que: "la
gravedad de la decisión de la Corte radica en que el fallo no es sino el punto
final para la búsqueda de nuestros nietos y la impunidad para los apropiadores
de ellos, temas que habían sido expresamente excluidos de las llamadas leyes de
Punto Final y Obediencia Debida."
Según testimonios, se logró conocer cómo eran tratadas
las mujeres embarazadas que eran secuestradas: cuando llegaban a la ESMA, eran
tiradas en colchonetas en el suelo, encapuchadas y boca abajo. No se salvaron
de las torturas pese a su estado.
Al principio, cuando faltaban pocos días para el
alumbramiento, eran llevadas a una pieza con ventanas herméticamente cerradas;
recién ahí le sacaban los grilletes, que eran vueltos a poner cuando iban al
baño.
Eran atendidas por un médico del Hospital Naval, un
enfermero de la ESMA, y ayudadas por otras prisioneras. Una vez nacida la
criatura la madre era "invitada" a escribir una carta a sus
familiares, a los que supuestamente les llevarían el niño.
Inmediatamente la secuestrada era "trasladada",
mientras el bebé quedaba en la habitación atendido por otras embarazadas. Luego
se lo llevaban.
Desde que la embarazada llegaba ya se sabía cuál sería el
destino de su hijo y el suyo: a ella le esperaba el TRASLADO, y a su pequeño la
seguridad de que nunca conocería su verdadera historia, y menos a su verdadera
familia.
En el mes de julio de este año, el ex marino Scilingo
reveló el "modus operandus" del horror, ante la Cámara Federal de
Buenos Aires. "Alegando razones humanitarias" la Armada habría
dispuesto que las embarazadas detenidas deberían dar a luz, pero para evitar
que los mismos niños se contaminasen con ideas extremistas, éstos se darían en
adopción a familias "normales”: marinos o allegados a ellos que, a través
de haber tomado contacto con el Grupo de Tareas 3.3.2, habrían expresado el
deseo de adoptar un niño.
El procedimiento que se llevaba a cabo era el siguiente:
el entonces director de la ESMA, contralmirante Rubén Chamorro, el jefe del
G.T. 3.3.2, capitán de navío Jorge Vildoza, y el jefe de Inteligencia, capitán
de fragata Jorge Acosta, resolvían a quién correspondía el futuro del bebé,
todo con el visto bueno de quien ejercía la conducción directa del Grupo, el Comandante
en Jefe de la Armada, almirante Eduardo Massera.
Jorge Luis
Magnasco, que hasta hace pocos meses trabajaba como obstetra en el Sanatorio
Mitre de donde ya fue despedido, y sus asistentes Aldo Clemente Chiappe,
Alberto Arias Duval, Carlos Octavio Capdevilla y Raúl Sanchez Ruiz, fueron
responsables de la acta de nacimiento que se realizaba ya con el nombre de la
madre adoptiva.
El gobierno militar consideró, a finales de 1981, que a
pesar de las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas y de los
esfuerzos diplomáticos y económicos argentinos, el Reino Unido no accedería a
negociar sobre la soberanía.
Por tanto, la Junta Militar previó una alternativa militar
para el caso de que fracasaran las tratativas diplomáticas.
Aprobó la idea del Almirante Jorge Isaac Anaya de
recuperar las Malvinas mediante una acción sorpresiva e incruenta para las
fuerzas inglesas, y posteriormente negociar el traspaso de la soberanía.
Se creó una Comisión de Trabajo Conjunta para realizar el
planeamiento de la recuperación. La Comisión de Trabajo estableció como fecha
más temprana para realizar la operación el 15 de mayo. Sin embargo, durante
marzo de 1982 se producen acontecimientos que alteraron esa fecha, e incluso,
lo que era sólo una alternativa se transformó en el objetivo principal.
Por lo expuesto la Junta Militar decidió recuperar las
islas Malvinas el día 1º de abril de 1982, basando la acción en las siguientes
suposiciones:
·
Que
el Reino Unido no reaccionaría con violencia.
·
Que
EEUU se mantendría al margen.
·
Que
se podría controlar la crisis y, por lo tanto, habría negociaciones por la
cesión de la soberanía.
Así, la Argentina buscó recuperar un espacio territorial
cuya legitimidad ha sido reconocida por los organismos internacionales con
injerencia en el caso: la ONU, al reconocer la naturaleza colonial de diferendo
en su Resolución 1514 y la validez de los reclamos argentinos sobre las islas
Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur en su Resolución 2065, invitando
a ambos gobiernos a mantener negociaciones por el futuro de las islas.
La legitimidad del reclamo fue también reconocida por la
OEA (Organización de Estados Americanos) en el Comité Jurídico Interamericano,
por el Buró de Países No Alineados y la Resolución del TIAR (Tratado
Interamericano de Asistencia Recíproca) del 26 de Abril de 1982.
El enfrentamiento entre Argentina y Gran Bretaña se
inicia a partir de las actividades empresarias de un argentino, Constantino
Davidoff. Su actividad principal eran los negocios relacionados con la
chatarra.
En el mes de Septiembre de 1979 firmó en Londres un
contrato con la empresa Christian Salvensen de Edimburgo, adquiriendo las instalaciones
balleneras abandonadas en las islas Georgias, a un valor inferior a los u$s
200.000.
Esto representaba un brillante negocio que dejaría
excelentes ganancias, pues el precio de la chatarra, permitiría en ese momento
obtener cifras cercanas a los u$s 10.000.000. Para desmantelar las
instalaciones era necesario transportar a las islas personal y equipos.
Davidoff gestionó en la Embajada Británica en Buenos
Aires el servicio del buque antártico HMS Endurance, de la armada británica.
Pero su pedido fue denegado y, seguidamente, la Armada Argentina se pone a su
disposición para llevar a cabo la tarea.
En Diciembre de 1981, Davidoff zarpa con destino a Puerto
Leith, llegando a la Bahía Stromness unos días después. Si bien Davidoff envió
una carta comunicando a la Embajada Británica su viaje al archipiélago de
Malvinas, no especificó que lo haría en un barco de las características del
rompehielos ARA Almirante Irizar, ni que se dirigiría directamente a las
Georgias sin antes tramitar su desembarco en Grytviken. Este breve viaje sirvió
para tomar fotografías (3500) e inventariar el material existente en las
ex-factorías.
El 19 de Marzo de 1982, nuevamente Davidoff regresa a las
Georgias, pero ahora en el buque de la armada ARA Bahía Buen Suceso, que llevaba
41 personas, en su mayoría operarios, que permanecerían unos 4 meses realizando
las tareas de desmantelamiento.
En este desembarco se produce el hecho que se utilizó
como desencadenante del conflicto, y por el cual las autoridades británicas
acusaron formalmente a los argentinos: el izado de una bandera argentina.
Al desembarcar los argentinos, las autoridades británicas
en Grytviken notificaron al gobernador de Malvinas Rex Hunt sobre una bandera
argentina izada. El Foreign Office ordenó el envío del navío HMS Endurance con
el objeto de obligar a los operarios a arrear la bandera y evitar además el
supuesto desembarco de personal militar y armas de fuego.
El 21 de Marzo, zarpa de regreso el ARA Bahía Buen
Suceso, dejando al grupo de Davidoff en tierra para proseguir con sus tareas.
El HMS Endurance debía llegar a Leith el día 24 de Marzo, pero por órdenes del
canciller de Gran Bretaña Lord Carrington, el buque debió aguardar en
Grytviken. Simultáneamente se solicitó al gobierno argentino que dispusiera el
regreso del Bahía Buen Suceso a Leith para ser éste quien desalojara a los
operarios allí apostados.
El 23 de Marzo, la Junta Militar, en respuesta a los
sucesos de Leith, envía el transporte ARA Bahía Paraiso, que se encontraba en
Orcadas con el grupo Alfa a bordo (formado por comandos de marina, denominados
"Lagartos", al mando del Teniente de Navío Alfredo Astiz).
Llegan a Georgias el día 24 de Marzo a las 23:40 hs. Su
misión era la de evitar que los marines ingleses del HMS Endurance desalojaran
por la fuerza a los trabajadores argentinos. Se suceden una serie de reuniones
y conversaciones de alto nivel mandatario, con las que se buscaba suavizar el
tono de la negociación diplomática.
El gobierno argentino quería realizar una ocupación no
violenta de las islas, estableciendo presencia firme en ellas y provocar que
las fuentes diplomáticas británicas tomaran iniciativas para encontrar una
solución de fondo sobre la Soberanía en Malvinas. La opinión internacional
favorecía el reclamo de nuestro país sobre la Soberanía en Malvinas.
Gran Bretaña sólo podía establecer un panorama
geopolítico tal que indujera al gobierno argentino a considerar la ocupación
militar de las islas como única solución viable.
Se había llegado a un punto sin retorno, la acciones
militares eran inminentes...
Viernes 2 De Abril
Se constituyó la Fuerza de Tareas Anfibia Número 40 bajo
el Comando del Contraalmirante D. Walter O. Allara. Esta Fuerza estaba
integrada por los siguientes componentes:
A. La Fuerza de Desembarco se integra con el Batallón de
Infantería de Marina Nº 2 (BIM2), una Agrupación de Comandos Anfibios, una
Sección de Tiradores del Ejército, un Grupo de Comandos Anfibios y una Reserva.
B. Un Grupo de Transporte, con el Buque de Desembarco de
Tropas ARA Cabo San Antonio, el Rompehielos ARA Almirante Irizar y el buque
Transporte Isla de los Estados.
C. Un Grupo de Apoyo Escolta y Desembarco, formado por
las Fragatas Tipo 42, ARA Hércules y Santísima Trinidad, más las Corbetas ARA
Drumond y Granville.
D. El Grupo de Tareas Especiales, constituído por el
submarino clase Guppy ARA Santa Fe.
Las naves habían zarpado de sus apostaderos el día 28 de
marzo, hallándose a bordo del ARA Santísima Trinidad, de acuerdo con lo
resuelto por el COMIL, el Comandante del Teatro de Operaciones Malvinas,
general de división D. Osvaldo J. García.
Debido a las malas condiciones meteorológicas, la
operación se demoró 24 horas, respecto de su fecha más temprana.
La Fuerza de tareas quedó dispuesta para el asalto final
el día 1 de abril a última hora. La misión de la misma establecía la reducción
de la resistencia armada de la isla, constituída por 68 Infantes de Marina del
Destacamento de la Marina Real Nº 8901, más algunos irregulares voluntarios
pertenecientes a la población local, la ocupación de Puerto Stanley, y la toma
del aeródromo para permitir el abastecimiento de las Islas con medios aéreos
propios. Y por último la instalación de un gobierno militar argentino en el
archipiélago.
A
las 00:30 hs del día 2 de abril se inició el desembarco en la zona de Puerto
Enriqueta, 4 km al Sur de la capital de las islas donde los Comandos Anfibios
de la Armada iniciaron su marcha hacia las barracas de los "marines"
británicos en Moody Brook. Tres horas más tarde hacían lo propio los buzos
tácticos desembarcados del submarino ARA Santa Fe en las proximidades del Cabo
San Felipe, con la tarea de tomar el faro de ese lugar y preparar el desembarco
del Transporte Cabo San Antonio.
Este buque desembarcó en la playa York al BIM 2 y tropas
del RI 25, los que debían tomar el aeropuerto y avanzar hacia Puerto Stanley en
un movimiento de pinzas que convergía sobre la residencia del gobernador, desde
el Este, mientras los buzos tácticos lo hacían desde el Oeste.
La maniobra resultó exitosa, ya que hubo solamente una
débil resistencia, la cual se tradujo en tres bajas propias, aunque no se
infringió ninguna baja al enemigo, tal como lo establecieron los criterios
operacionales impuestos por el Comité Militar.
El cese del fuego y la rendición del gobernador Hunt se
realizó a las 09:15 hs, ante el General de División García.
- Mediante un comunicado de la Junta Militar se anuncia
al país la recuperación del ejercicio de la soberanía en todo el territorio de
las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur.
Lunes 14 de junio
Entre los Generales
Jeremy Moore y Mario Benjamín Menéndez, respectivamente comandante de las
fuerzas británicas y Gobernador militar de las Islas Malvinas, queda
parlamentado el alto al fuego y la consiguiente rendición. En Buenos Aires, al
tomar conocimiento de los hechos, en horas de la noche se realiza una
manifestación en rechazo a la rendición, en la que se produjeron desmanes y fue
reprimida por la policía.
Luego de la Guerra
de Malvinas, la sociedad comenzó a dejar de callar, y así , unidos contra los
represores, y de la mano de Raúl Alfonsín, quien dirigía al sector opositor,
organizaron una protesta por la falta de información sobre las Malvinas.
Lograron instalar el tema en la opinión pública, y a los represores ya no les
resultó tan sencillo poder organizarse. Habían perdido credibilidad y la gente
intentaba revelarse.
La propuesta de Alfonsín se basaba en :
"CONSTITUÍR UN GOBIERNO CIVIL DE TRANSICIÓN, QUE
ENCABEZARÍA EL EX PRESIDENTE ILLIA"
Pero dentro del gobierno de facto, las propuestas eran
otras :
"SEGUIR INCULCANDO LA IDEA DE TEMOR"
Galtieri ( a quién el ejército quería hechar), decide
hablar en Plaza de Mayo. Acude allí gran cantidad de gente, y días después se
da por finalizado el Proceso de Reorganización Nacional.
En 1.983 asume como presidente Raúl Alfonsín, iniciando
la DEMOCRACIA en nuestro país.
Fuera de que su gobierno perjudicó muchísimo al país en
una forma económica, con la inflación, él fue quien fundó la CONADEP (Comisión
Nacional sobre la Desaparición de Personas).
Tiempo después se realizó el Juicio de las Juntas.
Participaron muchísimas personas en los testimonios de aquel juicio. Se
encontraron muchos culpables ; pero al asumir en su primer gobierno, Carlos
Saúl Menem, los indultó con las leyes de Punto Final y Obediencia Debida.
Para algunos, esta desición fue inteligente porque ayudó
a terminar con las rebeliones militares, dando vuelta de hoja en la historia de
las relaciones cívico- militares.
Lo que esos "algunos" no ven, es que este hecho
es difícil de defender desde el punto de vista moral.
Múltiples declaraciones han hecho que comenzara a
reflotar el tema de la represión militar y de los desaparecidos.
El ex marino de la ESMA, a quien el arrepentimiento,
(¿arrepentimiento?) hizo que se decidiera a declarar , dijo haber visto lanzar
desde aviones navales de 1.977 a un joven, dos adolescentes mujeres, y una
mujer de 65 años apróximadamente, vivos al mar. No los puede identificar por
nombre y apellido, ni tampoco a otros ciudadanos (30) que fueron arrojados al
mar por él mismo.
Participó en los vuelos de la Armada entre los años 1.976
y 1.977 para arrojar (en sólo dos vuelos) a 1.500 y/o 2.000 presos ilegales.
Dice que Mendía (comandante de las operaciones Navales,
contralmirante), los reunió, luego del golpe del ’76, para darles instrucciones
tales como: actuar de civil, y eliminar subversivos, antes de explicar que
algunos prisioneros se tirarían vivos al mar.
Juan Paulik, jefe de las Fuerzas Armadas, brigadier
general, declaró que durante la lucha "antisubversiva" se cometieron
barbaridades de uno y otro sector.
El ex ministro de la dictadura, A. Harguindeguy, denunció
que se utilizó el asesinato como PRÁCTICA HABITUAL para poder obtener
información ante los detenidos.
Balza aceptó como errónea las alteraciones de orden
institucional en 1.976, y admitió que las Fuerzas Armadas no supieron combatir
el terrorismo desde la ley.
Pernías y Rolón denunciaron que se utilizó la tortura
durante el régimen militar, y a partir de ese momento comenzaron las
declaraciones de los "arrepentidos".
El capitán Alfredo Astíz, fue el responsable de los
secuestros de las monjas Domon y Duquet, y la ciudadana sueco- argentina Hagelin.
El ex
policía Julio Simón, conocido en la represión como "turco Julián" o
"turco Julio", admitió que la orden era matar a todos los
prisioneros. Pero, pese a todo, reivindicó la actuado en la última dictadura .
Fue el ejecutor de torturas y asesinatos.
Según la opinión de varios represores, los únicos
arrepentidos deberían ser los integrantes de las organizaciones terroristas.
Debería pensarse que es positivo que Balza y otros más
hayan declarado estas atrocidades cometidas debido a su arrepentimiento ; pero
hoy en día, se sabe que la razón por la que declararon es porque se vieron
obligados y presionados a hacerlo. Podían haberlo denunciado, si es que tan
arrepentidos estaban, en el año 1.983, cuando el tema ya era denunciado por
organizaciones como Amnesty International .
"Delinque quien vulnera la Constitución Nacional,
delinque quien imparte órdenes inmorales, delinque quien cumple órdenes
inmorales, delinque quien, para cumplir un fin que cree justo, emplea medios
injustos, inmorales."
Luego de esta investigación, llego a una conclusión que,
creo, es a la que todo ciudadano argentino con sentido ético llegaría.
Creo que el objetivo inicial de aquel Golpe de Estado
nunca se cumplió, o, lo que es peor, nunca existió; que los medios utilizados
para combatir a los que ellos llamaban SUBVERSIVOS eran peores que el mismo
supuesto delito cometido por éstos; poderes para que esto suceda.
De todas formas, a pesar de lo negativo de esta
conclusión, queiro sacar en limpio que , aunque haya mil y una dictaduras, mil
y un asesinatos, los argentinos no olvidan ; esto se demuestra en la
continuidad e insistencia del grupo Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, grupo
que cumplió 20 años de lucha, y como ellas dicen, sin dar "ni un paso
atrás".
CONADEP: Nunca Más,
Editorial Universitaria de Buenos Aires, Buenos Aires, 1984
Rock, David: ARGENTINA 1516-1987 Desde la colonización
española hasta Raúl Alfonsín, Alianza Editorial S.A., Buenos Aires, 1988
Artículos
20 años de historia política argentina 1966-1986,
Fascículos 18, 19, 20 y 30, R. R. Ediciones S.R.L. , Buenos Aires, 1986
Diarios Clarín, Página/12
Felix Luna:
Historia Integral de la Argentina, Editorial Planeta, Buenos Aires, 1995
Trabajo
enviado por:
Miguel Angel Revainera
miguelrevainera@web-mail.com.ar
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